No dejes ir a esas personas que hacen bonito tu mundo

No dejes ir a esas personas que hacen bonito tu mundo

Si aprendemos a valorar en presencia, aminoraríamos el riesgo de pasar por el duelo de perder a las personas que hacen que nuestras vidas tengan un sentido y una belleza especial.

No se trata de que actuemos con miedo a perder a esas personas, ni mucho menos aferrarnos. El “no dejar ir”, está asociado a cuidar y a cultivar nuestras relaciones importantes, con la idea de dar lo mejor de nosotros hoy, con la posibilidad de hacerlo a largo plazo.

Normalmente las cosas duran lo que las cuidemos

Evidentemente no podemos garantizar que nuestros afectos nos durarán eternamente, al menos no como nos gustaría, a veces la vida nos separa de personas sin que tengamos mucho por hacer. Sin embargo, a veces somos nosotros mismos los que hacemos cosas que alejan incluso a quienes más amamos, a esas personas que hacen bonito nuestro mundo.

Quienes son luz, normalmente tienen esa facultad de contagiarnos, de hacernos vibrar más alto y eso es algo que nos conviene apreciar… Muchas veces vemos todo lo que una persona nos brindaba, cuando ya no está más. Es su ausencia la que nos habla de los increíbles beneficios que aportaba alguien a nuestras vidas.

La apreciación cambia totalmente nuestra perspectiva, la capacidad de vivir el presente y de sentir en ese momento lo bien que nos podemos sentir con alguien muchas veces cambia nuestra manera de actuar, de valorar, de agradecer, de manera tácita o explícita esa presencia en nuestras vidas.

Que quien se marche de tu vida, se vaya cargado de lo mejor de ti

Asegurémonos de que si alguien quiere apartarse de nuestro lado, lo haga pleno de todo lo bueno que pudimos darle, de no ser mezquinos en nuestro trato y mucho menos en nuestros sentimientos. Tratemos de ser para esa persona, algo de lo que ella es para nosotros.

Todos podemos pintar el cielo de colores, estar cuando nos necesitan, aportar algo positivo, todos podemos hacer la vida de alguien más sencilla, más bonita… Y no necesariamente tiene que ser alguien muy cercano, podemos acostumbrarnos a aportar pequeños detalles a cada persona que se nos cruce en el camino.

De cualquier forma, siempre nos sentiremos bien aportando algo positivo, siendo luz, facilitando en algo… Solo que muchas veces nos cerramos en nosotros mismos y no experimentamos la plenitud de hacer el mundo de alguien un poco más bonito.

El egoísmo y el pretender que los demás nos den, sentirnos más merecedores o considerar que nuestro tiempo y energías son más valiosas en comparación a quienes nos aportan positivamente, nos puede hacer tomar un camino de soledad, que los que nos quieren terminen por alejarse por no sentirse correspondidos.

Mi recomendación es que nunca te quedes con algo bueno guardado, un halago, un favor, un gesto, una palabra bonita, que no te dé pena y mucho menos pereza. Nunca sobra un gesto amable. incluso puede endulzar al más amargado que transite por la vida.

Nunca sabemos cómo un pequeño gesto puede cambiar la vida de alguien, es por ello que no debemos subestimar el efecto del bien sobre el otro… Normalmente quienes hacen tu mundo bonito, tienen esa particularidad, al menos en tu vida, para ti, son luz y si deseas que esas personas estén, simplemente cuídalas y haz lo que esté a tu alcance porque ellas puedan decir lo mismo de ti en sus vidas.

De cualquier manera gran parte de este juego se basa en dar y recibir… En aprender a amar y ser amados… Lo que es mutuo siempre se disfruta mucho más, cuando es unilateral debe ser demasiado real, tanto que llegue a ser incondicional o va terminará doliendo… Nunca le procures lágrimas a quien te ha hecho sonreír tantas veces.

Las buenas personas no necesitan una razón para ayudar a los demás

Las buenas personas no necesitan una razón para ayudar a los demás

Las buenas personas no necesitan una razón para ayudar a los demás

Es cierto que todos tenemos bondad y maldad como parte de nuestro ser, sin embargo hay muchas personas que se han encargado de alimentar ese lado lleno de luz a tal punto que la oscuridad no tiene mucho espacio para manifestarse.

Las buenas personas van por la vida intentando hacerle a los demás el tránsito más ligero, intentando sacar una sonrisa en un rostro triste o amargado, andan sembrando el bien por doquier y no como muchos lo hacen, esperando atentos la cosecha, el momento oportuno para cobrar un favor, ni esperando en cuadro de reconocimiento. Lo hacen de manera espontánea, porque les nace, porque eso les nutre el alma.

ayudar 2

Las buenas personas pareciesen tener un sentido más desarrollado para escuchar la divinidad que todos llevamos dentro, entendiendo los verdaderos propósitos de nuestra existencia. Sin dudar, son capaces de hacer sacrificios en sus vidas por ayudar a quien lo necesite.

“Aunque haya religiones diferentes, debido a distintas culturas, lo importante es que todas coincidan en su objetivo principal: ser buena persona y ayudar a los demás. ― Dalai Lama”

No prestan mucha atención a las personas ingratas o aquellas que se olvidan de quienes les tendieron la mano en momentos determinados de sus vidas, para ellas es más que suficiente haber hecho lo que estuvo a su alcance para colaborar con alguien más y nadie los marca negativamente generando en ellos un mal sabor por haber hecho lo que consideraban correcto.

ayudar 4

No son jueces de nadie, pero sí tienen una alta capacidad empática, por lo cual suelen comprender mejor que muchos, los procesos personales de los demás, las causas de ciertas conductas, sin sentenciar, sin acusar, solo entendiendo la condición humana y los procesos de aprendizaje y de desarrollo de cada quien.

Es una dicha tener una de estas fuentes de luz a nuestro alrededor, sabemos que pase lo pase su mano estará allí dispuesta, sin preguntas, sin críticas, sin esperar algo determinado a cambio, solo lista para sostenernos, secar nuestras lágrimas, aligerar nuestra carga o simplemente posarse sobre nuestro hombro.

ayudar 3

Estas personas son lecciones de vida caminando entre nosotros, algunas veces no las valoramos como se merecen, pero eso parece no afectar su disposición para ayudar. Son oportunas y discretas, no te hacen un favor para publicarlo, sí, es extraño, pero sinceramente no esperan nada distinto a la satisfacción que les genera haber ayudado a alguien.

“Mi vida es sólo importante si puedo ayudar a muchos, si mi vida es para mí y mi seguridad, entonces no la quiero. Mi vida es para la gente esa es mi filosofía. ― Bob Marley”

Si contamos con alguien así, no nos queda más que agradecerle, tratar de aprender de esa persona y de retribuir de alguna forma lo que recibimos de ella.

Imágenes cortesía de: Sophie Wilkins

Por: Sara Espejo

Hoy veo mis fracasos con mirada positiva

0 commentsHoy veo mis fracasos con mirada positiva

Hoy veo mis fracasos con mirada positiva

Todos tenemos miedo al fracaso. Sí, acéptalo, tú también. Es algo totalmente normal. El fracaso significa que no hemos sido capaces de alcanzar aquello que nos habíamos propuesto. Todo nuestro trabajo no ha servido para nada y la baja autoestima empieza a aparecer.

Es normal que te sientas desanimado, que te frustres, que hasta te sientas un poco inútil. Pero, esto no implica que los fracasos sean malos. ¿Aún piensas que sí lo son? Cambia el chip. Los fracasos son oportunidades para aprender, para conocernos a nosotros mismos.

Coronar3

Hoy descubrirás cómo ver el lado positivo de los fracasos y comprobarás que, a veces, son más necesarios de lo que siempre has considerado. Aprende a aceptarlos, aprende a verlos con una mirada positiva.

Abraza tus fracasos y ten éxito

Parece contradictorio que tengamos que aceptar nuestros fracasos, que tengamos que fracasar para alcanzar aquella meta que tanto ansiamos lograr. Pero, así es.

Los fracasos te enseñarán muchas más cosas de lo que piensas. Tú te descubrirás en lo negativo, no en lo positivo. Lo positivo es una consecuencia del esfuerzo, del dolor, de la dedicación, de la presión, de la autoestima… Todo influye y tiene su recompensa, por eso un fracaso no debería impedirte continuar tu camino.

El fracaso es una prueba más en tu vida. Es una oportunidad para saber si estás dispuesto a fracasar de verdad o plantarle cara al fracaso, estar seguro de ti mismo y encontrar soluciones que te permitan seguir

Todo fracaso no será el último. Fracasaremos en muchas ocasiones y muchas veces. Por eso debemos sacarle partido a los fracasos de la mejor manera. No podemos permitir amedrentarnos por ello, ¡no tengas miedo! El fracaso tiene muchas connotaciones negativas, pero eso ¡es totalmente incierto!

Fracasar te ayudará, entre otras cosas, a saber qué has hecho mal. Si has fracasado será por algo, por eso en vez de deprimirte analiza lo que has hecho, tus errores ¡aprende de ellos!

No es cuestión de ignorar esta situación que nos incomoda y no nos gusta nada. Es cuestión de mirar el fracaso directamente a los ojos y decir “venga, qué tengo que mejorar, qué voy a hacer a partir de ahora”. Esta es la actitud. A pesar de las dificultades, sigue adelante. El camino es largo y aún te queda mucho que aprender. No permitas que el fracaso te haga desistir de lo que quieres lograr.

gr_402131_4231987_596604

Conócete y supérate cada día

El fracaso te permitirá conocerte y con ello podrás superarte cada día. Cada error, cada fracaso, todo tiene su lado bueno. ¿Por qué te empeñas en ver solo su lado negativo?

Entre muchas cosas que puede enseñarte el fracaso se encuentran las siguientes. No volverás a pensar de la misma manera y empezará a ver con otros ojos cada dificultad que se presente en tu vida:

  • Fracasar te ayudará a saber qué has hecho mal.
  • Sabrás cuáles son tus puntos débiles, pero te abrirá las puertas para conocer aquellos puntos fuertes que debes potenciar.
  • Aprenderás a planificar las cosas con antelación, ¡para evitar imprevistos!
  • Sabrás que el riesgo tiene su lado positivo, pero también un lado negativo del que podrás aprender.
Energía del amor

Fracasar te ayudará a saber qué debes hacer y qué no hacer la próxima vez. No es más que una oportunidad más de poder madurar, de poder seguir aprendiendo de los errores e intentar mejorar como persona. Porque nunca seremos perfectos y siempre cometeremos errores. Pero eso no es negativo. De eso se aprende.

Piensa que si todo fuese fácil, no nos sentiríamos motivados. Si lograr cualquier meta que nos propusiésemos no nos costase el mejor esfuerzo, ¿el resultado sería el mismo? ¿Llegaríamos a la meta con esa sensación de realización completa? Posiblemente, no.

Amar es arriesgarse a que no le quieran. Esperar es arriesgarse a sentir dolor. Intentar es arriesgarse a fracasar. Pero hay que arriesgarse. Porque lo más peligroso en esta vida es no arriesgar nada.

-Leo Buscaglia-

La perseverancia y la confianza en ti mismo serán fundamentales para que no decaigas y no te dejes vencer. Ten siempre en mente el objetivo, el éxito llegará cuando menos te lo esperes. Todo ello fruto del esfuerzo, de aprender de los errores, de los fracasos a los que te has visto sometido.

meditación

Confía en ti y en tus posibilidades. Arriesgarse a fracasar ¡dirá mucho de ti! No le temas al fracaso, pues el solo te aportará cosas buenas. Fracasa una y otra vez, pero vuelve a intentarlo. Abraza el fracaso, abrázate a ti. Abraza el éxito que está pronto por venir.

Si te ha gustado este artículo no te pierdas “Confía en ti” y empieza a creer en ti mismo para empezar a lograr todos tus sueños. El límite lo pones tú.

Aléjate de todo lo que te aleje de ti

Aléjate de lo que te haga daño, de lo que oscurezca tu vida, aléjate de lo que se convierta en siniestro. Aléjate de todo aquello que no tenga remedio, de aquello que esté sometiendo tu bienestar. Aléjate de todo lo que te aleje de ti.

Ponle distancia emocional al dolor, al rechazo y a la traición, obsérvalos y aprende. Maneja tus miedos, controla tus demonios. Sé consciente de que el sufrimiento es opcional. No maquilles tu realidad, vívela.

Mantén cerca aquello que te reconforta, que no dispara a matar, que no te obliga a perder. Dale la oportunidad a un nuevo estilo de juego y cuídate, no te rompas en pedazos, no te obligues a perder parte de ti.

La huella emocional del dolor

Con frecuencia dejamos que las agujas del reloj recorran su esfera sin interferencias mientras arrancan las hojas de nuestro calendario sin pena ni gloria. Desconectamos del mundo, nos aislamos de la realidad y dejamos que la vida pase sin pensar en las consecuencias.

Pero desligar nuestra parte consciente de la inconsciente tienes sus consecuencias. No estamos diciendo que tenemos que ser hiper-reflexivos, estamos hablando de tomar consciencia de que lo que nos produce dolor es precisamente nuestra intención de evitarlo.

El sufrimiento no puede separarse de la vida, pero de manera constante nos empeñamos en sobrepasar sus límites e intentar ignorarlo. La tristeza no es mala, tampoco lo es la preocupación y ni siquiera la ira.

Niña atrapada en una jaula

Cada una nos aporta un conocimiento. O sea, que sentir sufrimiento es necesario si queremos sentir placer. Por eso si se trata de evitar algo lo que tenemos que hacer es no jugar al escondite con nuestras emociones.

Siempre habrá algo que nos haga daño

Es imposible lograr una vida sin emociones tóxicas ni personas que “nos la amarguen”. Asimismo es imposible vivir sin algo que nos produzca placer o gratificación. Por eso debemos de ser justos pensadores y agradecer al “sufrimiento” todo aquello que nos aporta.

Dicho de otra manera… ¿Quién no ha pensado alguna vez que aquella puñalada por la espalda que recibió no le sirvió para madurar? ¿Quién no se ha percatado de que si hoy es fuerte es porque ayer fue débil?

Para todo en la vida hay una contrapartida. No podríamos sentirnos alegres si un día algo no nos puso tristes. Sin embargo, aunque este razonamiento es bastante siempre nos cuesta aceptarlo en la práctica.

La vida a veces duele, a veces cansa, a veces hiere. Esta no es perfecta, no es coherente, no es fácil, no es eterna, pero a pesar de todo LA VIDA ES BELLA.

Eres una persona bella

Así que al final acabamos siendo nosotros los que alimentamos y autogeneramos nuestro sufrimiento. Esto funciona con el efecto bola de nieve. Algo nos hace daño, intentamos evitarlo, nos hacemos más daño, permitimos que se acumule, sufrimos por no lograr deshacernos del dolor y, como resultado, obtenemos una gran bola de nieve de aquello que comenzó siendo un solo copo de agua helada.

Ahora bien, con esa bola de nieve tenemos la posibilidad de hacer un bonito muñeco o de dejar que nos aplaste. Como vemos, de nuevo se trata de opciones, de caminos, de bifurcaciones.

Si simplificamos así cada situación de nuestra vida obtendremos una llave maestra que abrirá todas aquellas fuerzas que nos permitan avanzar. Básicamente se trata de plantearse dos opciones: aceptar el camino o rechazarlo y sufrir por intentar evitarlo.

Si aceptamos, crecemos. Si rechazamos viviremos siempre sometidos al yugo de la evitación. Si nos resistimos a aceptar el sufrimiento y los daños como parte inherente a la vida, solo lograremos apelotonar la angustia.

Si por el contrario lo aceptamos como natural nos libraremos de la angustia, lo que nos permitirá sobrellevar nuestra vida sin la gran carga del juego intenso y constante del escondite.

En definitiva, que no podemos pelear contra nosotros mismos porque, si lo hacemos, seremos ganador y perdedor. Y morir para vivir no compensa.

El pasado debe ser un lugar de referencia, no de residencia

pasado 2

Resulta tentador viajar mentalmente hacia nuestro pasado para revisarlo, analizarlo, revivir los momentos de acuerdo a lo que nuestra mente recuerda e inclusive realizar hipótesis basadas en cambios en las decisiones tomadas. Sin embargo, como cada uno de nosotros sabemos, nuestro pasado fue como fue y no hay nada que podamos hacer para cambiarlo.

El querer estar constantemente trayendo el pasado a nuestro presente, para robarle espacio, lo único que logra es desviar nuestra atención de donde debería estar. Está bien mirar al pasado para crearnos un marco de referencia, para entender que ciertos caminos pueden ser más convenientes que otros, para recordar cuáles acciones nos dieron mejores o peores resultados, es decir, está bien irnos al pasado y usarlo de forma práctica.

Pasado

Sin embargo, resulta estéril, usar nuestro pasado para que ocupe la mayor parte de nuestra atención, para lamentarnos por lo que hicimos, por lo que vivimos, para no perdonar a algunos o a nosotros mismos y llenarnos de culpas, ni siquiera para recordar lo felices que fuimos en algún momento y compararlo con lo alejados que estamos de esos momentos hoy en día.

Señores, debemos aprender a hacernos la vida más sencilla, más bonita. Si un pensamiento te duele, ¡suéltalo! ¿Qué necesidad hay de permanecer en él?, ¿Cómo nos puede beneficiar elegir un drenaje de energía?

“… la vida se trata de cerrar los ojos y abrir las manos. Todo lo demás está hecho de rencor y rencillas. No vale la pena detenerse en eso.” ― Ángeles Mastretta

Mujer-pintando-un-cuadro

Sí, todos hemos cometido errores, siempre habrá no una, sino miles de maneras de hacer las cosas mejor, todos tenemos a alguien que nos lastimó en el pasado, todos hemos tomado decisiones que quizás no fueron las más acertadas. Pero, ¿saben qué? De seguro también pudo haber sido peor, pudimos haber cometido errores con peores consecuencias, tomado caminos que nos llevaran por un precipicio aún más pronunciado… En fin, en mundo de infinitas posibilidades, tomamos las que para el momento, con los recursos con los que contábamos, resultaron la mejor opción.

Así que dejemos atrás los castigos, la nostalgia, los rencores, los reclamos y démosle espacio a un presente que podemos estar saboteando por no centrarnos en él y si queremos fijar nuestra mirada en un tiempo distinto al presente, resultará de mucha utilidad proyectar cómo queremos que sea nuestro futuro.

Darnos la oportunidad de perdonar, de soltar y de dejar atrás es el mejor regalo que podemos hacernos. Confiemos en nuestras capacidades para reenfocarnos y pongamos nuestros ojos en cada pequeño milagro que tenemos justo en frente en este instante, eso solo nos habla de que nos renovamos a cada momento y podemos decidir quiénes queremos ser.

Por: Sara Espejo

El querer sanar el pasado, a veces nos hace perder el presente

nina-lanzando-corazones-al-agua

Lo que contenga nuestro pasado, eso es… No podemos agarrar ahora con una pinza y sacar de allí lo que no nos gustó, lo que pudimos haber hecho diferente o lo que nos marcó de cualquier manera y sacarlo, así como tampoco podemos cambiar su dimensión o duración.

Tenemos que ser cuidadosos con el tiempo que invertimos en el pasado, algunas veces queriendo sanar, pero en la mayoría de esos casos los intentos nos dirigen hacia recuerdos dolorosos, que nos hacen sentir mal nuevamente y afectan nuestro presente.

¿Qué sería lo más conveniente? Asumir que lo que pasó, pasó, no podemos deshacer lo andado, entendamos que nada es casualidad y desde allí, veamos nuestro pasado como lo que nos condujo a donde estamos, nos guste o no, sin buscar peros, sin removerlo demasiado, sin hallar culpables.

Mujer-con-el-pleo-largo-y-negro

En los peores escenarios, donde hayamos sufrido demasiado y realmente sintamos que no podemos continuar, hagamos una pausa y de manera global, decidamos perdonar todo lo que nos afectó y perdonarnos a nosotros mismos y soltemos esa carga. Comencemos a construir la vida desde este punto, sin mirar atrás con fines de torturarnos.

Imaginemos como dice una persona que admiro mucho, que nuestra vida es una merengada, no nos podemos poner a sacar lo que la hace ácida o amarga, pero sí podemos tomarnos la tarea de agregar lo que sentimos que le falta, mientras más pronto empecemos, más pronto le daremos otro sabor.

Nuestro presente es lo único con lo que contamos y si nos dispersamos, colocando ante nuestros ojos un pasado que lastima, muy probablemente estemos extendiendo ese tiempo hasta nuestros días. Y aquello que dolió, lo seguirá haciendo y lo más lamentable de todo es que como nuestro enfoque se dirige con frecuencia a ese pasado doloroso, seguiremos atrayendo experiencias a nuestras vidas que nos hagan sentir de esa forma una y otra vez.

sindrome-corazón-roto

Mira hacia tu pasado con fines prácticos, no te esfuerces en sanar, en perdonar, en revolver algo que ya no puedes cambiar. Si hay algo práctico que puedas hacer que cambie el rumbo, hazlo, ofrece unas disculpas si lo consideras beneficioso, trata de enmendar errores, etc. Pero si vas a ir a tu pasado a revolverlo, disfrazando el viaje con el título de sanación, es preferible que inviertas tu tiempo y energías de hoy en adelante, no en dirección contraria.

A fin de cuentas, todo es perfecto tal y como es… No hay nada que perdonar, no hay nada que sanar.

Por: Sara Espejo

Las peores razones para estar junto a alguien

pareja-6

Aun cuando todos tenemos una idea general de los motivos por los cuales deberíamos estar junto a alguien, muchos fundamentamos nuestras relaciones en algunos equivocados. Ciertamente hay un valor subjetivo en este tema y un establecimiento de prioridades que va a depender exclusivamente de cada persona. Sin embargo, las relaciones que consideran los siguientes aspectos como los que los mantienen unidos, tienden a quebrarse con mayor facilidad en el camino o volverse altamente tomentosas.

He aquí nuestra lista de las peores razones para establecer una relación o permanecer en ella:

  1. Por miedo a la soledad: Cuando no podemos estar solos, difícilmente podemos estar con alguien más en armonía. Quienes se vinculan con alguien por miedo a la soledad, por lo general su criterio de selección es pobre y llegan a llamar amor a cualquiera que les haga sentir que no se encuentran solos, es decir, a cualquier compañía.
  2. Por interés económico: Aun cuando hay relaciones que se mueven muy bien bajo este esquema, la realidad es que las relaciones amorosas no tienen que ver con el intercambio de bienes y servicios, o la cantidad de dinero circulando en el tiempo que transcurre. La pareja que se integra, en la que el amor prevalece sobre los intereses económicos, pueden ser más robustas a lo largo el tiempo.
pareja-junto-a-un-faro
  1. Por atracción física: La mayoría de las relaciones se forma luego de haber atravesado la barrera de la atracción física, aun cuando no corresponda a un modelo mental, es atípico que una pareja se forme entre dos personas que se desagraden físicamente. Aun así, nuestras relaciones deben formarse a sabiendas de que lo que vemos con nuestros ojos está sujeto a venirse a menos con el paso del tiempo y son otros factores los que nos deben mantener enfocados en nuestras parejas.
  2. Por beneficios asociados: Similares al interés económico, las relaciones en donde se obtiene un beneficio asociado a la unión, más allá de las asociadas al amor, tienden a desvirtuar la relación. Por ejemplo, el casarse por obtener una nacionalidad, una participación legal, una posición específica, se convierte en un compromiso distinto al que ofrece el amor. Evidentemente que si la relación solo tiene un fin practico, quizás alcance su objetivo, pero no se tratará de una relación amorosa.
  3. Por buscar sustituir una figura ausente en nuestras vidas: Es un grave error vincularnos a otra persona buscando llenar algún vacío, bien sea una figura paterna o materna o alguien que no estuvo presente en nuestras vidas.
pareja
  1. Por pensar que no merecemos algo diferente: Con diferente nos direccionamos hacia algo que se ajuste a nuestro ideal de pareja, más allá de conceptos tan subjetivos como bueno o malo. Todos de alguna manera tenemos una creencia de lo que merecemos y a veces esta creencia no nos favorece, llegando a vincularnos con personas que no nos satisfacen.

Ciertamente hay muchos más motivos equivocados por los cuales establecemos una relación o permanecemos en ella, sin embargo, los mencionados corresponden a los que en mayor medida se construyen sobre pilares que no dan un verdadero soporte a un amor satisfactorio. Así que revisa tus motivos y procura que siempre provengan del amor, en lugar de provenir del miedo, de una baja autoestima o del interés. Date tu tiempo y construye la relación que realmente quieres vivir.

Después de la primera mentira, toda verdad se convierte en duda

Niña-con-diente-de-leon-3

Bien dijo un sabio, cuando su discípulo le preguntó:

– ¿Qué se gana con decir una mentira?

– Que no te crean cuando dices la verdad.

Las mentiras son como tinta oscura derramada en agua clara, puede ser una simple gota, pero logra teñir un volumen muchísimo más grande que ella misma e imaginemos cuánta agua tendremos que añadir para que las propiedades sean al menos similares… Un trabajo arduo representa recuperar la confianza que en algún momento se perdió.

Algunas veces ambas partes tienen ganas de reiniciar, éste sin duda es el mejor escenario, sin embargo, la pendiente es muy inclinada… el camino puede dejar exhausto al mejor dispuesto. Lo que suele ocurrir es que se mantenga la tendencia hacia la desconfianza, que se traiga al presente algún error del pasado que generó esa brecha que ahora se intenta cerrar.

pareja-mirandose-distancia

No es vida para ninguna de las partes permanecer en una relación en la cual se deba estar argumentando lo que se dice y defendiendo verdades ante las dudas de la otra parte, mientras que esa persona que duda lleva en su boca el mal sabor de haber sino engañada y el temor de volver a pasar por ello.

No debemos generalizar, pero sin duda existe una tendencia a repetir conductas que identifican a cada quien… Por lo que sin ánimos de desanimar, probablemente cuando se descubra la primera mentira, junto a ellas se descubrirán unas cuantas más y con suerte, no habrá una cadena posterior a ellas.

La honestidad puede ser un valor inclusive despreciado por algunos, que prefieren vivir ante la sombra de una mentira, que pueda evitarles algún dolor, sin embargo, esto es por lo general una protección a corto plazo, porque lo más común es ver mentiras que al ser descubiertas, rompen corazones.

Mujer-con-muchos-corazones-en-la-cabeza

Procuremos que la verdad ocupe un lugar prioritario en nuestras vidas, en nuestras relaciones, que nuestra palabra tenga valor y no sea una fuente de dudas sin valor alguno. Quizás pueda resultarnos complicado manejar alguna información, pero debemos ser responsables de nuestras acciones. Pensemos antes de actuar y valoremos nuestras relaciones, es preferible la prevención, antes de decidir por acciones que nos generen inconvenientes en nuestras relaciones.

Dar al otro la oportunidad de manejar nuestra verdad, de decidir qué hacer con ella, aun a sabiendas de que le duele, o de que hemos actuado de manera inadecuada e incluso estando en riesgo de perder un vínculo con esa persona, habla de algo de respeto y al momento de ponderar y decidir, tendrá cierto valor.

No tienes que convencer a nadie de que tú serás su mejor decisión

mujer-con-flores

Si bien es cierto que todo en esta vida se resume en un proceso transaccional, también lo es que una vez que hemos establecido nuestra oferta, que nos hemos mostrado, que hemos asomado o expuesto abiertamente lo que estamos dispuestos a dar, no tenemos que seguir en una campaña promocional que intente convencer al otro de que nos escoja.

Una cosa es sembrar afecto, sembrar respeto, cuidar, inclusive prometer, pero tomarnos la tarea de interferir en una decisión que no fluye de manera natural del otro, no nos dejará otra cosa más que frustración y cansancio emocional.

Inclusive cuando el resultado es aquel por el cual hemos trabajado, quizás el no obtenerlo de manera espontánea, sino quizás forzada, alimente en nosotros una especie de insatisfacción, en donde nuestro ego, que no nos permitió retirarnos en un momento dado, ahora nos habla de su insatisfacción al tener al lado a alguien a quien tuvimos que convencer de que éramos su mejor decisión.

Decisiones

Todos tenemos el derecho de elegir libremente a la persona con la queremos estar y la misma libertad para decidir el momento en el cual queremos que eso ocurra, cuando hablamos de nuestros derechos, lo vemos muy lógico y justo, pero cuando hablamos en los derechos del otro, se vuelve todo un tanto más relativo, subjetivo y el argumento puede dejar de ser tan válido.

El punto es que ciertamente, así como nosotros tenemos derecho a escoger en quien queremos invertir nuestro tiempo y nuestras energías, pues la otra persona también lo tiene y eso significa que quizás nosotros no estemos dentro de sus primeras opciones.

Y si bien es válido el jugársela por quien nos interesa, de entrada tenemos que saber que el convencer a alguien de escogernos o de permanecer en nuestras vidas como queremos, puede resultar un proceso muy arduo e inclusive doloroso.

mujer-pensando-en-su-reponsabilidad-con-una-mariposa-azul-en-la-cabeza-1

A veces no nos damos cuenta de que hay mientras nos aferramos a algo o alguien, perdemos la capacidad de apreciar un universo de opciones, entre las cuales de seguro está una que nos genere tranquilidad, seguridad, afecto, sin demandarlo, sino por iniciativa propia.

Alguno dirá, pero ésa no es la opción que me gusta, pero si no nos damos la oportunidad, eso jamás lo podremos afirmar, de hecho quienes han decidido soltar esas situaciones de apego en donde intentan constantemente venderse ante el otro, mostrando lo mejor de sí, en su gran mayoría se sorprenden gratamente, cuando se dan espacio para amarse a sí mismos y evaluar lo que atraen desde ese punto.

No tienes que convencer a nadie, eres adorable, amable, respetable tal y como eres y justo así vendrá alguien a apreciarlo, solo debes permitírselo y permitírtelo.

Por: Sara Espejo

En los peores momentos, la fe es lo que te mantendrá a flote

caballito-1

Todos tenemos una tabla de salvación que va con nosotros a todas partes, que podemos usar en cualquier momento y si de verdad estamos muy predispuestos en determinados trayectos podemos decidir usarla de forma indefinida, este salvavidas se llama fe.

La fe tiene características comunes con el miedo, en ambos nuestra mente se enfoca en un resultado, a través de la fe, nos enfocamos en el mejor resultado posible, en lo que mayor beneficio nos reportará, en lo que será mejor para nuestras vidas. Mientras que el miedo nos empuja a pensar en los peores resultados posibles, a generar en nuestras mentes escenarios en donde las cosas no se dan como queremos o nos traen consecuencias nefastas a nuestras vidas.

miedo-

Mientras nos alimentamos de temor, la vida nos dará motivos para temer, nos dará la razón y se encargará de demostrarnos que hay siempre que temer. Si nos alimentamos de fe, nos mostrará la otra cara, en donde podemos recibir, aquello que optimistamente esperamos.

Lo que debemos rescatar es que la vida siempre nos complace, si creemos que estará a nuestro favor, lo estará, si creemos que estará en nuestra contra, lo estará. ¿No resulta súper valiosa esta información?

Si supieras que todo está siempre bien realmente, y que siempre tiene un final feliz, entonces no te sintieses miedo de tu futuro.

¡Todo está realmente tan bien!

Si pudieses creerlo y confiar que así es, inmediatamente todo estaría bien automáticamente.

– Abraham Hicks

Baja la guardia, permite el bienestar en tu vida, deja de temer y sustituye tus miedos por fe y comienza a crear desde allí, desde la confianza en que todo tiene un final feliz y desde ese punto de partida crearás la realidad que coincida con ello y allí está “el secreto”.

Amor-vence-miedo

El universo responde a tu vibración, tú eres un ser vibratorio, así que procura vibrar en una frecuencia diferente. Puedes pensar en muchas cosas, decide escoger un canal diferente para enfocarte, quédate con lo que te haga sentir seguro, tranquilo. Distráete de esos pensamientos cargados de miedo y mueve tu punto de atracción.

Tienes un caudal a tu disposición. El universo te está ofreciendo en todo momento, no bloquees lo que sí quieres con tus pensamientos saboteadores, con tus miedos, porque te ofrecerá más de eso que te hace sentir temeroso. Los temas que más te preocupan son los que menos te permitirán estar en bienestar, enfócate en los que te dan sosiego, llena tu mente y tu corazón de fe y mira como todo cambia.