Muchas veces solemos preguntarnos por qué estamos recibiendo determinados tratos, considerando que las demás personas pueden estar siendo injustas, crueles, interesadas o cualquier otra cualidad que podamos percibir en la interacción con nuestra persona.
Se suele hacer un análisis exhaustivo de cómo son las personas con las que se interactúa, muchas veces inclusive se afirman cosas como: por qué todo el mundo que se acerca a mi vida, lo hace con determinada intención, por qué nadie me valora, todos los hombres que me consigo son de determinada manera o bien: yo siempre me topo con este tipo de personas.
Ciertamente hay una infinidad de personas y con ellas características asociadas a cada una de ellas, el hecho de atraer un determinado tipo de personas o conductas nos debe hacer reflexionar en relación a lo que estamos proyectando, a cómo nos podemos sentir con nosotros mismos, cómo nos vemos y qué creemos merecer.
Muchas veces las respuestas no son tan evidentes, hay cosas de nosotros mismos que tenemos bajo una especie de velo y no logramos entender, pero vale la pena tomar con una lupa cada una de las cosas que predominan en nuestra vida y determinar nuestras creencias, hacer una revisión profunda de cómo nos sentimos y de lo que creemos merecer.
Todo lo que está en nuestro interior, lo proyectamos y manifestamos a nuestro alrededor, nada llega a nuestra vida sin causa alguna, vibramos y hacemos resonancia con ciertas personas que encajan perfectamente con lo que sentimos y proyectamos.
Por eso las cosas nunca resultan tan sencillas como: si te molesta la actitud de tal persona, sencillamente da la vuelta y déjala ir, sí, esta puede ser uno de los pasos, pero si se realiza aislado, normalmente se corre el riesgo de que la situación se torne un tanto difícil bien sea para tomar la decisión o para que la otra persona permita un proceso fluido, o bien de que se nos presente en la vida las mismas características en diferentes rostros.
Todo el mundo tiene algo que mostrarnos, sobre todo en lo que a nosotros mismos se refiere. Cómo nos vemos, qué creemos de nosotros mismos, cómo nos proyectamos, todo eso está relacionado con el tipo de personas que atraemos. Así que si no nos agrada lo que vemos a nuestro alrededor, lo más sano es hacer una revisión interna y si por el otro lado, sentimos que nuestra vida está cargada de bendiciones, que comienzan por quienes nos rodean, estamos a través de ellos potenciando lo que nos gusta y multiplicándolo en nuestra vida.
Sentirnos bien con nosotros mismos y con nuestro entorno, habla bien de cómo estamos internamente y qué tan afín es esto con lo que manifestamos en nuestras vidas, no esperemos de nadie lo que nosotros no podemos ofrecernos.
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